Te encuentras en la cama por la noche, sientes la mano de tu pareja sobre tu creciente vientre, y de repente todo se siente diferente. Donde antes había familiaridad, ahora puede haber inseguridad. Donde antes había deseo, ahora puede haber cansancio o preocupación. Estos cambios no solo son normales, son una parte importante de su viaje conjunto hacia la paternidad. Vamos a explorar juntos cómo manejar esta montaña rusa emocional y acercarse aún más.

La montaña rusa hormonal: Por qué tus emociones giran como en un carrusel
Tu cuerpo está realizando un milagro, y eso tiene consecuencias para tus emociones y tu deseo. En el primer trimestre, muchas mujeres luchan con náuseas, una fatiga abrumadora y el miedo a un aborto espontáneo. No es sorprendente que el sexo a menudo quede relegado a un segundo plano. Tu cuerpo dice: "Necesito toda la energía para esta nueva vida."
Luego llega el segundo trimestre – para muchas, la "fase de luna de miel" del embarazo. La liberación de hormonas y el aumento del flujo sanguíneo en la zona genital pueden llevar a sensaciones eróticas completamente nuevas. Algunas mujeres experimentan ahora una libido que nunca antes conocieron. Otras no sienten nada. Y ambas cosas están perfectamente bien.
En el tercer trimestre, la barriga crece, algunas posiciones se vuelven incómodas y los pensamientos giran cada vez más en torno al próximo parto. Tus emociones pueden fluctuar – de un día para otro, de una semana a otra.

Cuando la cultura y la sociedad tienen voz
Quizás hayas escuchado frases como: "Ahora que estás embarazada, deberías..." Nuestra sociedad tiene muchas – a menudo tácitas – expectativas para las mujeres embarazadas. Algunas culturas consideran a las mujeres embarazadas como "sagradas" y asexuales. Otras ven el embarazo como un símbolo de pura feminidad y fertilidad.
Estas voces externas pueden infiltrarse en tu dormitorio, incluso si no lo deseas. Quizás te preguntes inconscientemente: ¿Puedo seguir sintiéndome sexy? ¿Es "correcto" tener deseo mientras un bebé crece dentro de mí?
La respuesta es simple: No hay correcto o incorrecto. Tus emociones son válidas, sin importar cuáles sean. Las expectativas sociales no deben determinar cómo vives tu intimidad.
- Reconoce qué mensajes has internalizado – de tu familia, amigos, redes sociales
- Habla con tu pareja sobre las expectativas que ambos traen
- Permítete escribir tus propias reglas sobre su intimidad
- Busca modelos a seguir o historias que refuercen tu perspectiva
Entender y superar los miedos de tu pareja juntos
Mientras tú sientes los cambios físicos, tu pareja experimenta el embarazo desde una perspectiva completamente diferente. Muchos partners temen lastimar al bebé – aunque eso no tiene base médica. Esta preocupación es real y merece respeto, incluso si parece irracional.
Algunos partners también se sienten inseguros porque tu cuerpo está cambiando. No saben cómo tocarte, qué te hace sentir bien, qué es demasiado. Otros temen presionarte cuando buscan cercanía.

Una conversación abierta puede disolver estos miedos. No se trata de una gran charla, sino de muchos pequeños momentos honestos:
- "Me siento de esta y aquella manera... ¿Cómo te sientes al respecto?"
- "He leído que... ¿Qué piensas de eso?"
- "Echo de menos nuestra cercanía. ¿Podemos encontrar nuevas formas de sentirnos?"
- "Hoy solo necesito acurrucarme. ¿Está bien para ti?"
Los estudios muestran: las parejas con un alto bienestar sexual durante el embarazo manejan mejor el estrés y reportan una mayor intimidad. La sexualidad actúa como un factor estabilizador contra la alienación – especialmente en este tiempo de grandes cambios.
El poder de la comunicación abierta: Su arma secreta
Quizás pienses: "Mi pareja debería saber lo que necesito." Pero leer la mente no funciona – especialmente cuando tus necesidades pueden cambiar a diario. La comunicación no es una debilidad, sino su mayor fortaleza.
Aquí hay formas concretas de abrir la conversación:
- Elige el momento adecuado: No en la cama, cuando uno de ustedes ya se siente rechazado, sino en un momento neutral y relajado
- Habla sobre sentimientos, no sobre culpas: "Me siento..." en lugar de "Tú siempre..."
- Se específico: "Me gusta cuando me tocas así" es más útil que "Sé más tierno"
- Busca apoyo profesional: Una conversación con tu ginecóloga puede disipar miedos médicos y dar seguridad a ambos
- Dedica tiempo conscientemente a la cercanía: La intimidad no tiene que ser espontánea – el tiempo planificado para acurrucarse también es valioso
El intercambio y el respeto por los deseos y sentimientos el uno del otro crean una relación sana y satisfactoria – sexual y emocionalmente. Están aprendiendo a funcionar como equipo antes de que llegue su bebé. Eso no tiene precio.

Aceptar el cambio: La clave para una intimidad plena
Tu cuerpo está cambiando. Tus emociones están cambiando. Su relación está cambiando. Y aceptar todo esto al mismo tiempo es uno de los mayores desafíos – y oportunidades – de este tiempo.
Aceptar no significa resignarse. No significa que te conformes con algo que no quieres. Significa reconocer: Así es actualmente. Y desde este punto sincero puedes moldear lo que es posible.
Si los cambios físicos fortalecen o debilitan tu libido varía de mujer a mujer – y puede cambiar nuevamente a lo largo del embarazo. Aceptar esta imprevisibilidad quita presión de ambos.
Formas prácticas de aceptar el cambio:
- Redescubran su cuerpo: ¿Qué se siente bien ahora? ¿Cuáles posiciones son cómodas? Sean curiosos en lugar de frustrados
- Amplíen su definición de intimidad: El sexo no es solo penetración. Masajes, bañarse juntos, besos, caricias – todo cuenta
- Celebrar pequeños momentos: Una mirada tierna, un toque amoroso al pasar – estas microintimidades construyen conexión
- Sean pacientes consigo mismos: Algunos días se sentirán cercanos, otros no. Ambas cosas son parte del proceso
- Miren hacia adelante: Esta fase es temporal. Su intimidad volverá a cambiar – después del parto, cuando el bebé crezca, una y otra vez

Su viaje conjunto: Más fuertes a través del cambio
Los aspectos emocionales del sexo durante el embarazo son complejos, a veces confusos, a menudo desafiantes. Pero también son una invitación a experimentar su relación en un nivel más profundo. Cuando aprenden a hablar sobre miedos, expresar necesidades y aceptar cambios juntos, construyen habilidades que serán invaluables como padres.
No olviden: las parejas que cuidan su intimidad durante el embarazo reportan vínculos más fuertes y mejor manejo del estrés. Están invirtiendo no solo en su relación, sino también en su capacidad de navegar la paternidad como un equipo.
Su intimidad no tiene que ser perfecta. Solo tiene que ser real. Honesta. Y sustentada en un respeto mutuo. El resto encontrará su camino – un paso, una conversación, un toque tierno a la vez.
Pueden hacerlo. Juntos.
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